Por supuesto, la corona indica la riqueza, la realeza, la supremacía y el poder. El rey es la máxima autoridad de su pueblo, casi como un Dios. El portador de la corona lleva su autoridad sobre todos los temas, pero de la autoridad deriva también gran responsabilidad.
Es también un símbolo muy fuerte en la religión cristiana: Cuando fue crucificado el Hijo de Dios, que lleva una corona de espinas en la cabeza, se convirtió en un símbolo del dolor que él aceptó. El tatuaje de la corona es muy flexible, común a ambos sexos,y se presta a muchas interpretaciones: puede ser realizada tanto en un estilo realista o estilizada, quizá embellecido y enriquecido por la presencia de piedras preciosas.